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BAILÉN

Un oxímoron monumental


Acabo de pasar por los días primeros de septiembre de 2018, que han resultado muy napoleónicos por dos motivos encontrados: uno triste y alegre el otro. Con motivo del agravamiento de la salud de mi hermana comuniqué la noticia a mis primos del lado paterno: dos viven en Vitoria y tres en Zaragoza. Es decir, la sinfonía La batalla de Vitoria, compuesta por Beethoven en 1813 (recordar su motivo de “Mambrú se fue a la guerra”), el año de la victoria de Wellington con tropas inglesas, españolas y portuguesas, sobre Napoleón, y El sitio de Zaragoza (fantasía musical compuesta por Cristóbal Oudrid en 1848), en recuerdo de la resistencia zaragozana a Napoleón en 1808, personificado en el General Palafox y Agustina de Aragón con su puerta del Carmen.


Con alegría, en cambio, recibí la visita de mi primo Jesús, el chileno (su padre y mi madre eran  hermanos); por segunda vez en dos años nos visitaba junto con su familia. Antes de este nuestro último encuentro en Madrid ya habían visitado Rusia. Venían encantados de lo que acababan de ver en Moscú y San Petersburgo: Otra vez Chaikovski y su Obertura 1812 en recuerdo del victorioso rechazo ruso a Napoleón, precisamente en 1812.


Con mucho gusto pasamos tres horas recordando especialmente cosas familiares pasadas y sobrepasadas. Comoquiera que esta vez no estaba uno de los hijos que vinieron en el viaje anterior y en cambio estaban las mujeres de los dos que sí repetían, me permití machacar de nuevo con mi ya contada historia de los Linares chileno y español. Ver DOS de la pág. 63 en

Con tal motivo me preguntaron dónde estaba el Linares de aquí. Respondí como lo habría hecho mi amigo Ricardo: a un linario. Esa distancia de 300 Km es la que recorríamos con bastante frecuencia desde nuestro sitio de trabajo hasta Madrid.


Por tanto y, casualmente, 300 Km al sur de Madrid está el Linares español, igual que 300 Km al sur de Santiago está el Linares chileno. Aproveché para recordarles que alrededor de esa distancia se encuentra una zona que siempre ha sido decisiva en nuestra historia desde un punto de vista estratégico con miras a la comunicación de Andalucía con el resto de España.


En 1212 se dio la batalla de Las Navas de Tolosa (también cerca de Linares) entre el rey Alfonso VIII y los Almohades de Miramamolín. En 1808, la batalla de Bailén entre el español  General Castaños y el napoleónico General Duppont. En la guerra civil española el asedio al santuario de Nuestra Señora de la Cabeza (septiembre de1936 a mayo del 37). Este santuario está muy cerca de Andújar; hay que señalar que la batalla de Bailén, por razones estratégicas estuvo a punto de darse en Andújar en vez de Bailén; las dos ciudades están muy próximas.


Por cierto, es ocasión de recordar lo que se decía en mis tiempos de estudiante: “Los cañonazos de Bailén se oyeron en Rusia”. No creo que se oyeran, pero Chaikovski los dejó perfectamente retratados al final de su Obertura 1812.


La pregunta siguiente corrió a cargo de mi sobrina Victoria: “Y entonces, ¿dónde está Bailén? porque yo he visto en Santiago un monumento en el que se puede leer A los vencedores de los vencedores de Bailén.” Mi respuesta: Bailén está muy cerquita de Linares.


Llegados aquí es preciso sacar a colación a dos personajes importantes: El General San Martín (1778 - 1850) y el General y Libertador de Chile Bernardo O' Higgins (1778 - 1842). Obsérvese que ambos nacieron el mismo año.


El primero era un criollo nacido en Argentina que vino a España para hacer la carrera militar (su padre era un militar español). Así hizo, y las prácticas consiguientes las tuvo, victorioso, en dos batallas contra Napoleón: Bailén (1808) y La Albuera (1811). Bien sabía yo dónde estaba Bailén, abundante en tejares, pero nunca me interesé por localizar La Albuera. Ahora sí, ya lo sé: Está un poco al sur de Badajoz, por Olivenza, a 130 Km de Castuera (comarca de La Serena) sobre el mismo paralelo que une esta última población y La Albuera.

Y, ¿Por qué este afán mío de relacionarlo todo?


Porque en La Albuera San Martín venció a Napoleón que pretendía quedarse con la España que había tenido en Castuera (1497) un hijo ilustre llamado Pedro de Valdivia, el conquistador de Chile en 1540.


San Martín se inició en Bailén como “capitán primero” en el ejército del General Castaños, y terminó la batalla como teniente coronel, por méritos de guerra. En La Albuera intervino a las órdenes del general inglés William Carr Beresford. No olvidar que se mantenía la coalición antinapoleónica anglo-luso-española.


Con 20 años, San Martín había sido saludado en Tolón por Napoleón (1798) cuando éste preparaba su expedición a Egipto (1798 – 1801) y el argentino navegaba en la fragata española Santa Dorotea. Desde entonces la admiración y afán de emulación del argentino por el corso no cesaron de crecer.


Hemos dejado a San Martín en la batalla de la Albuera de 1811. Desde entonces hay un salto decisivo en su vida: en 1812 se casa en Buenos Aires con una rica heredera y en 1813 se incorpora al ejército rebelde contra España. En 1815 organiza y dirige en Mendoza (Argentina) el famoso Ejército de los Andes. Allí encontramos al segundo personaje que necesitamos: Bernardo O´Higgins.


Era éste de origen hispano-irlandés, con un importante historial de vida militar, política y de dedicación a la ganadería y la agricultura. Había heredado una impresionante propiedad rural de unas 17.000 hectáreas con 5.000 cabezas de ganado aproximadamente.


Después de derrotado en Rancagua por las tropas realistas (octubre de 1814), O´Higgins emigró con su familia y muchos patriotas, a Mendoza, donde contó con la ayuda de San Martín. En 1815 se trasladó a Buenos Aires donde permanece un año para regresar de nuevo a Mendoza (1816) y de allí salir con San Martín formando parte del Ejército de los Andes, camino de Chile. O´Higgins iba al mando de los 1000 hombres de la segunda división con los que el 12 de febrero de 1817 venció al ejército realista en Chacabuco; allí llegó poco después el general San Martín, el diseñador de la acción.


Con esta victoria memorable se abría el camino hacia Santiago donde se ofreció a San Martín la dirección de todo Chile. Él no aceptó porque su objetivo iba más allá. Sus miras estaban puestas en Perú, en la capital del Virreinato. En vista de ello, los vecinos de Santiago proclamaron a O´Higgins Director Supremo de Chile.


Como se ve, San Martín y O´Higgins estaban bien hermanados. El primero ayudó al segundo y éste se lo pagó con agradecimiento. Antes de seguir conviene situar geográficamente el escenario de todo esto. Santiago de Chile y Buenos Aires tienen la misma latitud y la ciudad de Mendoza, próxima al Aconcagua (cerca de 7.000 m de altitud) está un poco al norte de ese paralelo y muy cerca de la frontera chileno - argentina.


Como hemos visto, O´Higgins hizo la ruta del Aconcagua (naturalmente, no por su cumbre, sino por pasos tremendamente accidentados) en dos ocasiones. La primera, vencido y en precario, de Santiago a Mendoza, y la segunda, en sentido inverso, a las órdenes de San Martín, en un ejército bien pertrechado y organizado, hinchado de alta moral de victoria: El conocido como Ejército de los Andes.


Fue esto lo que suscitó en los admiradores de San Martín, tanto compañeros de armas como rivales, la comparación que hacían de él con Napoleón e incluso con Aníbal (había atravesado éste desde España los Pirineos y los Alpes venciendo a los romanos que encontraba en su camino hacia Roma).

Si alguien tiene curiosidad por conocer algo más de la relación de Aníbal con el Linares español (para abrir boca diré que Aníbal se casó con una de Linares), puede visitar las págs. 14 (UNO), 15 y 16 de


http://www.caprichos-ingenieros.com/ewExternalFiles/vida16-1.pdf