Estás en: LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO EN EL UMBRAL DE UN NUEVO PARADIGMA

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Y ahora copio de nuestro libro: Sin embargo, hasta que no aparezcan soluciones más efectivas, la sociedad nunca abandonará su adición al crecimiento, porque las personas tienen una necesidad apremiante de esperanza. El crecimiento puede ser una falsa esperanza, pero es mejor que la falta total de esperanza.

Para el control de la natalidad ya tenemos fórmulas que se vienen practicado con éxito en los países ricos sin que nadie se rasgue las vestiduras por ello; se le puede llamar paternidad responsable o como se quiera, y sin caer, claro, en la irresponsabilidad y el crimen del aborto. En la Proyección 9 que hace el libro, la población se supone estabilizada algo por debajo de los 8.000 millones, a razón de 2,2 hijos por mujer. Para lograrlo habrá que elevar el nivel de vida de los países pobres y sobre todo, el de su educación para que puedan actuar libremente al respeto.


Este control de la natalidad ejercería el efecto de ciclo de realimentación negativo en el sistema espontáneo de crecimiento exponencial de la población. Pero falta hacer algo parecido con el crecimiento exponencial del capital industrial. Y la única solución aparente es la de disminuir el consumo. Es decir, la de empobrecernos algo en los países ricos. Esto, junto con lo dicho antes de conseguir una elevación del nivel de vida de los países pobres, nos conduce al escenario de vasos comunicantes a un nivel adecuado, para que la huella ecológica de la humanidad en nuestro planeta sea aceptable.


El empobrecernos algo los ricos no significa que vayamos a ser menos felices; más bien todo lo contrario, porque el hombre tiene una cabeza que le permite crecer no sólo en obesidad y en bienes materiales que usa y tira porque no puede digerir: también puede crecer en manifestaciones intelectuales, artísticas y de sana conducta; de sabiduría, a fin de cuentas, que es cosa en la que ahora no puede ocuparse por estar dedicado a la espiral consumista.


Para ahondar aunque sea someramente en la cuestión demográfica me voy a detener en ver qué pasa con dos países, España y Nigeria. Y lo haré sólo con una intención meramente ilustrativa.


En España, desde 1950 hasta nuestros días se han sucedido tres modelos de crecimiento poblacional:

Del 50 al 81 (la era del baby boom) la población creció casi 10 millones en 30 años, con una tasa exponencial anual de 0,95 %.

Del 81 al 2001, creció la población 2,76 millones en 20 años, con tasas exponenciales decrecientes al 0,35 % y rayanas al final en incrementos negativos.

Del 2001 al 2008 (sólo 7 años), la población creció más de 5 millones y medio  con una tasa exponencial de 1,85 %.

Al llegar aquí no puedo menos de recordar el sombrío chiste de Máximo en el diario ABC que mostraba un mapa de España punteado todo él por pequeños trazos representantes de una gran masa de personas soportando una gigantesca pancarta en la que se leía: “sobramos 4 millones”.

Son los millones de parados que, a la vista del comportamiento del tercer  modelo de crecimiento poblacional descrito más arriba y, teniendo en cuenta el crecimiento puramente vegetativo, coinciden con los mismos inmigrantes que hemos acogido en estos últimos 7 años para que nos fabriquen coches y viviendas y nos saturen los fondos de armario que abarrotan de textiles los centros de nuestras ciudades y pueblos. Como pone de manifiesto la realidad de los invendidos, todo ello muy útil y necesario.

Pero hemos demostrado que si la población desciende por debajo del límite de reposición, hay una solución fácil y de efecto rápido: la inmigración. Que en nuestro caso ha superado la necesaria reposición con la consecuencia añadida de no saber qué hacer después con ella: Todo un ejemplo de imprevisión y de improvisación.

Veamos el otro caso, el de Nigeria (tomo de nuestro libro):

En 1950 tenía una población de 36 millones (España, 28).

,,    2000           ,,             125      ,,     (España, 40).

lo que supone una tasa exponencial de crecimiento para esos 50 años de:

    











Para esta r, el periodo de duplicación n de la población sería de:












con lo cual la evolución esperable de la población nigeriana sería:

Año 2000:      125 millones de habitantes

   ,,    2028:      250      ,,              ,,

               ,,    2056:      500      ,,              ,,

   ,,    2084:    1.000     ,,              ,,

Esto último ocurriría dentro de 75 años, es decir dentro de menos años de los que yo tengo ahora.


El contraste a que me refería antes no es otro sino el de apreciar lo difícil y lento que es rebajar el crecimiento cuando la población crece de forma tan desmesurada y comparamos el proceso con el de aumentar la población mediante la inmigración, cuando ese aumento resulta imprescindible. En la base del problema nigeriano está el hecho de que allí el promedio de hijos por mujer es de  5,45 frente a los 2,2 que se estiman necesarios como tasa de reposición.


Valga lo anterior para demostrar que el crecimiento exponencial (en este caso el de la población, pero el proceso es igualmente válido para el crecimiento del capital industrial) resulta insostenible en un espacio finito con recursos finitos.


Como hablar al principio de crecimiento cero resultaba muy molesto, se eliminó el fonema, y a la cosa se la fue definiendo sucesivamente de diferentes maneras hasta dar con el hallazgo reciente de desarrollo sostenible.

Los periodistas entienden muy bien lo que es eso de matar al mensajero. El mensajero en nuestro caso es, naturalmente, el lenguaje, y la novedad ahora es que, no sólo se le puede seguir matando si su mensaje es inconveniente, sino que se le puede dar una excelente propina si se porta bien.

¡Y es tan fácil domesticar el lenguaje! Esa evolución del lenguaje en la materia que nos ocupa no muestra  otra finalidad que la de mantener dentro de la brillante y apetecible manzana del crecimiento o del desarrollo el gusano de la exponencialidad: la que empareja, para que ambos sean sostenibles, consumo y desarrollo.

Vamos, lo que ya decía Lampedusa: Los mismos perros con distintos collares. ¡Ojo a que cuando se oye decir “Desarrollo sostenible” no nos estén dando a entender que lo que realmente necesitamos mantener sostenible es el consumo! Sin embargo, sea bienvenida cualquier iniciativa encaminada de verdad, y no para cubrir las apariencias, en la buena dirección. Por ejemplo, lo más importante que debiera observar el Observatorio de la Sostenibilidad en España es, a mi juicio, que no recibe propinas.

Cuando los políticos compiten entre ellos en un país rico por satisfacer las necesidades de las familias o de los ciudadanos, hay que ponerse en guardia. ¿Qué entienden por satisfacer? Satisfacer no es otra cosa que hacer bastante, y en este caso, hacer bastante frente a una necesidad, es decir, a favor de la felicidad.



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