TUISTO (Moebius, ma non troppo)


He puesto ese nombre a la figura que he diseñado pensando en los amantes de la lengua inglesa que enseguida la asociarán con un retorcimiento.

Necesito relatar mi aventura porque me ha ocurrido como casi siempre: al final llegas a algo distinto de lo que te proponías. Yo quería construir una especie de madeja Moebius apoyándome en una columna que resultaría interior y que podría retirar una vez terminada la obra (como si se tratara de la cimbra de un arco).

Esa madeja me vino inspirada por el alambre grueso y engurruñado en que culmina el campanario de la iglesia de los Dominicos, obra de Miguel Fisac, que se ve saliendo de Madrid, a la derecha, por la autopista de Burgos.

Empecé construyendo la columna de sección cuadrada, en cartulina con su basa (tal como se ve en la Fig. 1; la llamaré polo Sur); el capitel era idéntico a la basa y apenas se aprecia en la figura: lo llamaré polo Norte.

La madeja Moebius se convirtió en ocho tiras de papel, iguales entre sí, que fui pegando entre los polos según el orden que se indica en la Fig. 2.

QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

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Fig. 1


Fig. 2


En esa figura sólo se muestran dos tiras completas. Una de ellas, por ejemplo, se pega por uno de sus extremos en la basa del polo Sur saliendo de él en dirección N; entra en el polo Norte por la dirección NO, allí se pega al capitel para salir orientada según el SE a fin de llegar al polo Sur entrando en él por la dirección S; allí se pegará el final de la tira enfrentado a su principio, y sobre la propia basa.

Según progresa la construcción se aprecia el revirado de 45º que observan las tiras. Dado que dichas tiras quedan sólidamente unidas a la columna mediante el pegamento, en ambos polos, la pregunta inmediata era: Si yo retiro ahora el fuste de la columna, ¿mantendrá la figura su posición, o se colapsará?

Yo me inclinaba por la primera posibilidad, así que le di al fuste un par de cortes paralelos hacia su mitad y separados como un 20% de su altura. El resultado no se correspondió con ninguna de las dos alternativas contempladas. Todo el conjunto se giró en un instante, como impulsado por un resorte, para convertirse en una especie de globo terráqueo con cuatro meridianos completos.

Para recuperar la posición genuina del tuisto recurrí a fabricar un nuevo fuste de la misma altura que el original, también de sección cuadrada, pero un poco mayor para permitir el deslizamiento del nuevo fuste exterior sobre el primitivo interior. Deslicé el nuevo fuste sobre la mitad inferior del antiguo, giré 45º la figura sujetándola por el polo Norte y manteniendo fijo el polo Sur; en esa posición, introduje el trozo superior del fuste antiguo dentro del nuevo. La figura recuperó su revirado de 45º.

Como se ve, fue una suerte haber elegido unos fustes de sección cuadrada. De haber tenido sección circular, la figura no habría podido mantener su posición de girada.

Lo visto resulta así porque el material empleado para las tiras ha sido el papel. La figura resultante puede servir también de modelo para conseguir una escultura análoga en materia definitiva que emplee pletinas metálicas soldadas y forjadas en vez de papel, en cuyo caso ya no hará falta mantener permanentemente la columna central. La fig. 3 representa ese caso.

Fig. 3


Fig. 4


Fig. 5


La Fig. 4 es una vista en picado de la 3, y la Fig. 5 es un picado cenital de las figuras 1 ó 3.