POLICONOFLOREROARRUGOFLÉXICO para floresta DIN A4

A continuación, más conos negros; esta vez, con trampa. Las dos figuras son, en realidad, el mismo montaje hecho de seis conos, pero mostrados en dos posiciones distintas. Los seis conos están superpuestos y su diseño es tal que, partiendo del inferior, los otros cinco, sucesivamente, tienen sus alturas en progresión aritmética creciente y los diámetros de las bases también en progresión aritmética, pero decreciente, aunque de la misma razón.

Como sabemos, un cono es una superficie de revolución, así que a la segunda figura no se le puede llamar tal. Sin embargo, la primera sí es de revolución; pero ¿se la puede llamar cono? Porque el cono está engendrado por una generatriz recta. ¿Por qué no llamar cono también a la figura que engendra una generatriz quebrada?

La segunda figura se obtiene de la primera llevando al límite las posibilidades de juego que ofrece el montaje. Está hecha, en realidad, superponiendo cada dos conos sucesivos de forma que tengan sendas generatrices sobre una misma línea recta. El resultado final es el de seis segmentos sobre una misma recta.

De ahí que a mí me guste llamar HEXÁCONO a esa figura que en su posición extrema puede llegar a tener la gran recta coincidente con una generatriz del cono inferior. Así pues, todos los modos posibles del HEXÁCONO son los que adoptaría solidario con la recta que une su vértice y el del cono de la base, cuando esa recta gira en torno de aquel vértice oculto, dentro de, y hasta el límite de la superficie cónica completa de dicho cono base.

Y, ¿Dónde está la trampa? Realmente, el cono enhiesto no tiene trampa (ni cartón -tiene cartulina-): los conos parciales apoyan unos en otros según circunferencias, como debe ser. La otra figura, en cambio, muestra la intersección de cada dos conos de una forma imposible: una circunferencia está confundida con una elipse. Lo que pasa es que la elipse tiene una excentricidad muy pequeña que es sobradamente absorbida por la deformación de la cartulina y por las deficiencias de la propia construcción: a la vista, ni se nota.

La figura siguiente muestra, esquemáticamente, la sección transversal de los seis elementos y del conjunto deformado.