Título: ANTOLOGÍA ESENCIAL de la POESÍA ALEMANA.
Autor: José Luis Reina Palazón.
Editorial: Colección Austral, 2004; 353 páginas.
Conocí al autor en una sesión de nuestra tertulia ARCO POÉTICO, no hace mucho tiempo. Al saber él de mi interés por la traducción (por entonces traducía yo los sonetos genesiacos de Shakespeare), nos entretuvimos en consideraciones que afectan al hecho de la traducción. Fue tan generoso que me regaló un ejemplar de su obra, valiosa a todas luces dado que estaba arropada nada menos que por la bandera de Espasa Calpe.
El libro tiene dos partes claramente diferenciadas: La INTRODUCCIÓN, de 86 páginas, que es una pormenorizada historia de la Literatura Alemana, y el resto, que consiste en la selección antológica propiamente dicha de los poetas elegidos, que el autor hace. Esta última parte está estructurada de manera que cada poeta es presentado con su detallada biografía seguida de uno o varios poemas que el propio autor ha traducido del alemán al español. Esta última particularidad queda destacada al final de la Introducción con una aclaratoria NOTA DEL TRADUCTOR (que en el caso presente es el mismo autor del libro).
Siempre que tuve ocasión de consultar éste me sorprendió la erudición del autor en materia de cultura alemana, especialmente la literaria, y el dominio de la lengua que la sustenta. Ahora que acabo de terminar la lectura del libro de Dietrich Schwanitz titulado LA CULTURA: todo lo que hay que saber, se me hace más evidente que nuestro autor escribe en español con resonancias del alemán.
Es él tan minucioso en el detalle de los datos que aporta, que abruma por el alcance de sus contenidos tanto biográficos como bibliográficos.
A pesar de mi desconocimiento de la lengua alemana he de concluir que José Luis Reina Palazón traduce la poesía alemana al español como lo haría un alemán culto. Ese puede ser, quizá, el mayor elogio que cabe hacerle.
Sin embargo, dado lo especial que es el fondo poético, se echa de menos en su traducción, la traducción del estro poético que está envuelto por la palabra. Acorde con esto me ha asaltado un atrevimiento que paso a explicar.
Como es natural, tomaré como base la convicción de que la traducción poética de nuestro autor es fiel reflejo de lo que el poeta alemán correspondiente ha querido expresar. Lo único que yo he de hacer es darle otra forma poética al mismo contenido, según mi propio criterio.
Materializaré mi atrevimiento emparejando la traducción de nuestro autor (a la izquierda) con la mía (a la derecha), advirtiendo que no pretenderé versos rimados.
Hay otra cuestión que quisiera destacar. Muchos de los poemas del libro son letras de canciones escritas por poetas alemanes para compositores de la importancia de Beethoven, Schubert, Schumann, Listz, etc. En esos casos y, con toda probabilidad, las letras originales en alemán son difícilmente traducibles a nuestro idioma sin dañar el hermanamiento de letra y música. De ello deduzco que mi atrevimiento no ha de ser mayor que el de nuestro autor. En este caso puedo asegurar que mi traducción de los versos está pidiendo otra música distinta de la compuesta por los famosos compositores alemanes. O dicho de otra forma, si yo quisiera atenerme a la música original tendría que inventar, para el español, otra expresión poética que seguramente distaría mucho de la ofrecida por el poeta alemán.
Todas estas consideraciones me traen el recuerdo de D Casiano, el viejo profesor de latín de mis años mozos. Siempre me insistía en que para hacer una buena traducción había que hacer todas estas cosas y por el siguiente orden: Un análisis morfológico; otro sintáctico; participiar las oraciones para asegurar su adecuada estructura (garantizar concordancias, evitar anacolutos, etc.); aislar las oraciones subordinadas y, por fin, ordenar.
Naturalmente, mi atrevimiento no llega a tanto como hacer tabla rasa de todo; solamente actuaré en ocasiones puntuales.
GOETHE
[SI YO TE QUIERO NO LO SÉ]
Si yo te quiero no lo sé:
Si una vez te veo la cara,
si te miro los ojos una vez,
en mi corazón mi pena se aclara.
¡Dios sabe mi bien!
Si yo te quiero no lo sé.
[NO SÉ SI TE QUIERO]
No sé si te quiero:
Con sólo mirar tu cara,
con fijarme en tus ojos,
las penas de mi corazón
se desvanecen.
No sé si te quiero,
pero Dios sí lo sabe.
FIESTA DE MAYO
(Beethoven)
1
¡La naturaleza
reluce tanto!
¡Cómo brilla el sol!
¡Cómo ríe el campo!
Salen las flores
en cada rama
y voces miles
de la enramada,
de cada pecho
placer y alegría!
¡Oh tierra, oh sol,
oh gozo, oh dicha!
Oh amor, oh amor,
tan bello y áureo,
tal nube matinal
allá en lo alto;
bendices glorioso
el surco fresco,
en olor de flores
el mundo entero
6
¡Cómo te quiero,
oh niña, niña!
¡Cómo me quieres!
¡Tus ojos brillan!
¡Ama la alondra
el aire canta
y el olor del cielo
las flores del alba,
como te amo
con sangre ardiente,
tú me haces joven,
alegre y valiente
para nuevos versos
y nuevas danzas!
¡Sé feliz siempre
como me amas!
FIESTA DE MAYO
1
¡Cómo revive
la naturaleza,
brilla el sol
y ríe el campo!
Brotan flores
en cada rama
y mil voces
en la enramada,
con alegría y gozo
de corazones.
Bendita tierra,
bendito el sol
que nos inunda
de dicha.
¡Amor, amor!
Tan bello y elevado
cual nube matinal
allá en lo alto;
bendices el mundo
sembrando aromas de flor
en los surcos frescos
de la tierra.
6
Te quiero, mi niña,
como me quieres:
como me lo dice
el brillo de tus ojos.
¡Ama la alondra el aire
y canta el cielo
el olor de las flores
del alba!
¡Te amo!
Rejuveneces mi sangre
enardecida
y me das valor y alegría
para versos nuevos
y nuevas danzas.
¡Sé feliz siempre
y no dejes de amarme!
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