QUIÉN hay detrás

QUÉ hay detrás

INICIO


AGUDAS en í


Dentro de unos días mi nieto mayor Pablo cumplirá 30 años y su novia Ana quiere saber lo que él ha significado para mí, concretamente, a lo largo de su existencia. Una reacción muy plausible que denota gran sensibilidad por su parte. Le agradezco su iniciativa; seguramente querrá mis datos para hacer alguna presentación; no lo sé.


Pablo es el primero de mis cinco nietos. A los otros cuatro los fui llamando, sucesivamente, de esta manera: A su hermana, Dª Clarinete (Clara); a Juan, don Geodesio; a Gonzalo, Micheviche; la más pequeña era la Luciérnaga (porque también, Lucía).


Dada esta mi afición bautizadora no es de extrañar que llegara a ser vicepresidente del Comité de Terminología del IIE (Instituto de la Ingeniería de España). Pero de esto trataré luego.


La verdad es que con Pablo y Clara no he tenido un trato muy intenso porque vivíamos bastante  distantes, aunque sí recuerdo haberlo paseado en su cochecito. Cuando circulábamos por una acera estrecha en la que los coches estaban aparcados de espaldas, le encantaba meter el dedo por el tubo de escape. Será bueno, pues, que Ana se asegure de que Pablo se lava bien las manos antes de comer.


No, bromas aparte, a Pablo lo he tratado desde la cuna, pasando por sus andaduras a gatas, hasta sus estudios finales de segunda enseñanza en Brisbane.


El nacimiento de Pablo coincidió, más o menos, con tres acontecimiento familiares importantes: yo me jubilé, mis padres se convirtieron en bisabuelos por unos meses y, a mí me brotó una insospechada afición a la poesía que, al decir de mi amigo, colega y excelente poeta Álvaro Giménez Casado, era muestra de mi tardía vocación poética (Álvaro, siempre tan generoso). Un par de sonetos de muestra: